Enseñanzas del delivery sobre el consumo de vino
Por qué es importante leer los patrones de entrega
De vez en cuando es útil mirar más allá de los límites de nuestra cadena de suministro para detectar señales, a menudo más claras y avanzadas de lo que imaginamos, sobre cambios en los hábitos de los consumidores. Eso fue lo que hice mientras leía atentamente el Informe de tendencias de entrega de DoorDash 2025 , un estudio muy interesante realizado por DoorDash, el gigante estadounidense de entrega de comida, que analiza el comportamiento de más de 1.500 consumidores estadounidenses cada año.
Podríamos preguntarnos: ¿qué tiene que ver un reportaje sobre food delivery con el mundo del vino? La respuesta es: mucho más de lo que parece. Porque lo que surge de esta fotografía actualizada del consumo digital –y sobre todo de las motivaciones que llevan a la gente a pedir comida y bebida– es un mapa de tendencias que ya están impactando (o impactarán próximamente) también a nuestro sector .
El vino como parte de una experiencia, no sólo de una comida
Quizás el dato más interesante se refiere a la dimensión emocional del consumo: para el 78% de los entrevistados, pedir comida a domicilio es un acto de autocuidado, un capricho, una manera de sentirse bien. Y si esto es cierto para la comida, también lo es para el vino, que puede y debe ser descrito no sólo como un producto, sino como parte integral de un momento personal o compartido .
Quienes trabajan en el comercio electrónico del vino, en cajas de vino o enoturismo digital deberían pensar cada vez más en esta línea: vender experiencias, no botellas.
La calidad es la verdadera moneda
En un contexto de incertidumbre económica, la calidad percibida es el principal factor de compra : el 56% de los consumidores la considera el factor decisivo para justificar el precio de una comida a domicilio. Por eso hoy en día es fundamental que el valor del vino esté bien comunicado, especialmente online: fichas técnicas comprensibles, fotografías precisas, storytelling coherente y diferenciador.
¿Sostenibilidad? Si, pero bien explicada
Otro dato que no sorprende, pero que debe tomarse muy en serio: el 84% de los consumidores considera importante la sostenibilidad a la hora de elegir un restaurante , un porcentaje que sube al 92% entre la generación Z. Pero ojo: la sostenibilidad por sí sola no vende . Hay que traducirlo, contarlo, hacerlo concreto. Para el vino, esto significa explicar de forma sencilla por qué una etiqueta es orgánica, qué significa la viticultura regenerativa y qué implica una cadena de suministro corta.
La alternativa sin alcohol crece, pero no amenaza al vino
Un dato que hará que muchos en el mundo del vino se sientan incómodos: el 80% de los consumidores que piden bebidas alcohólicas también compran versiones con bajo contenido de alcohol o sin alcohol . Pero cuidado: esto no es un ataque al vino. Se trata más bien de una invitación a abrirse a nuevos consumos, a nuevos rituales, quizá incluso a nuevas categorías (pienso en el mundo del vermut o de los refrescos de terroir). No para sustituir, sino para ampliar .
Las redes sociales deciden más que los sumilleres
Otra señal muy clara: para la Generación Z y los Millennials, Instagram y TikTok son más influyentes que los amigos a la hora de elegir qué pedir. El vino debe aceptar esta realidad. No se trata de banalizar el contenido, sino de saber hacerlo comunicable en formatos y lenguajes digitales . Una botella “instagrameable” hoy en día vale más que una botella “importante” de la que nadie puede hablar.
Economía del antojo: ordenar según el deseo, no el hambre
El 98% de los consumidores afirman que piden comida para satisfacer un antojo repentino . Y si pensamos en el vino como parte del placer, del confort, de la inmediatez, entonces debemos aprender a construir ofertas “listas para disfrutar”, paquetes que cuenten una ocasión, una emoción, una sugerencia.
El informe de DoorDash no habla explícitamente del vino, pero sí habla con las empresas vinícolas , si saben escuchar. Nos muestra que vamos hacia un consumo cada vez más instintivo, emocional, digitalizado pero cuidadoso. Donde la personalización, la estética, la sostenibilidad y la inmediatez son las nuevas consignas.
Y donde el vino, si sabe hablar el lenguaje de su tiempo, todavía puede decir mucho.
Puntos clave
- Autocuidado, emoción, experiencia : el vino debe estar presente en los momentos de bienestar y gratificación personal.
- Calidad, percepción, precio : comunicar bien la calidad es esencial para justificar el valor online.
- Sostenibilidad, claridad, coherencia : no basta con decirlo, hay que explicarlo de forma sencilla y concreta.
- Social, visual, storytelling : Instagram y TikTok influyen en las nuevas generaciones más que los sumilleres.
- Conveniencia, deseo, inmediatez : ofrecer soluciones de consumo “listas” y atractivas.
De: winemeridian.com